La iniciativa se
enmarca en el proyecto de voluntariado ‘Trucha común y turismo piscícola
sostenible’, puesto en marcha por la Red Estatal de Desarrollo Rural, REDER
Zamora/Ávila, 4 de septiembre de 2014. La Red Estatal de
Desarrollo Rural (REDER) ha puesto en marcha una red de voluntarios fluviales encargada
de vigilar de forma periódica el estado de salud de los ecosistemas fluviales
del alto Tormes, en la provincial de Ávila, y en el río Tera, en Zamora. El
programa es uno de los frutos del proyecto de voluntariado ‘Trucha común y
turismo piscícola sostenible’, puesto en marcha por la red con el objetivo de
convertir los entornos fluviales en motores de desarrollo local.
Como complemento a las diferentes
acciones del proyecto, sobre todo de carácter formativo, divulgativo y de
sensibilización, los voluntarios colaboran completando diferentes fichas de
análisis de la situación del río diseñadas por el departamento técnico de
REDER. Estos documentos recogen aspectos como la detección de condiciones
extremas de turbidez, temperatura del agua, carencias de oxigenación u olores
extraños, así como la calidad de la vegetación de ribera, las condiciones
hidromorfológicas del tramo o las especies de fauna y flora presentes,
autóctonas e introducidas.
También se refleja la presencia
de bioindicadores, dando prioridad a los macroinvertebrados, y se establece un
sistema de detección continua de posibles alteraciones del ecosistema. De este
modo, las fichas recogen la presencia de residuos, vertidos, extracciones o
modificaciones de caudal, así como el impacto de obras de ingeniería. Del mismo
modo, se hace notar la presencia de furtivismo o de pesca abusiva dentro del ámbito
de actuación del proyecto.
Las fichas son complementadas con
un método más preciso de análisis, de forma que el cauce de ambos ríos va a ser
custodiado por un grupo reducido de cinco voluntarios ribereños vinculados a su
territorio, que han recibido una formación específica y que aplicarán esta
metodología de análisis periódicamente, con el objetivo de que cualquier
alteración que se produzca en el entorno pueda ser detectada al instante, y cause
el menor daño medioambiental posible.
La iniciativa se enmarca dentro del programa de voluntariado en ríos de
la Fundación Biodiversidad y el Magrama, y cuenta con la colaboración de los
grupos de acción local ASIDER (de la comarca abulense de El Barco de Ávila y
Piedrahíta) y ADISAC LA VOZ (correspondiente a la zamorana comarca de
Sanabria). En el proyecto también participan la Asociación de Ribereños del
Tormes y sus Afluentes, Artya, y la Asociación de Pesca de Sanabria.
En el marco de este proyecto de voluntariado, durante este año se
han llevado a cabo diferentes jornadas con una serie de ribereños voluntarios
de ambas cuencas que participan activamente en el proyecto. Por una parte acciones de formación,
relacionadas con la pesca como actividad turística, y sus posibilidades en la
generación de empleo, se ha trabajado en dotarles de conocimientos teóricos y
prácticos con el objetivo de formarles en la figura del guía de pesca.
Anteriormente se han tenido
jornadas específicas en el conocimiento del medio: Fauna y flora vinculada a
los ecosistemas acuáticos, y además se ha trabajado en el conocimiento de
macroinvertebrados como bioindicadores de la calidad de las aguas y en técnicas
de montaje de insectos artificiales como señuelos para la práctica de la pesca
de la trucha.
Asimismo, el pasado fin de semana
se ha realizado una jornada en el EDS Tormes I de Salamanca para dotar de
conocimientos sobre técnicas de pesca que complementen la pesca tradicional que
se lleva a cabo en estas comarcas.